¡Que la memoria sea nuestra lucecita en el oscuro camino de la impunidad!

¡Que la memoria sea nuestra lucecita en el oscuro camino de la impunidad!
La memoria nos pinchaba hasta sangrar. Por eso quizás insistimos tanto en unir nuestras fuerzas con la fuerza de quienes por años han estado en la lucha por la defensa de los derechos humanos, que puede sonar vacío en un país neoliberal, pues todos los derechos debiesen caber en esta categoría, pero no caben, ni todos los derechos, ni todos los humanos.

Desde La Radioneta insistimos en no callar frente a los delitos de lesa humanidad, a la impunidad de los militares y civiles que participaron y orquestaron la reciente dictadura chilena, y que vemos pasear por las calles de Valparaíso y de Chile entero. Insistimos en no olvidarnos de los exilios, de las torturas, de la violencia política sexual, de la desaparición forzada.

En ese camino que transitamos siempre con mucha emoción, nos encontramos con las Arpilleras de la Memoria, en la Ex Cárcel o en la plaza Aníbal Pinto. Nos encontramos en las marchas con las ex presas políticas del Buen Pastor. En Playa Ancha, con quienes cada 21 de mayo funan la estatua de Merino. En el cerro Yungay, con Gladys Barrios, exigiendo justicia por su hermano Marcelo en cada acto del 31 de agosto en la sede vecinal. Nos fuimos encontrando entre medio de las velas los 29 de marzo, con Luis Aguirre padre de Paulina, militante del MIR asesinada el mismo día que los hermanos Vergara Toledo.

Nos fuimos encontrando entre los rostros de las mujeres asesinadas en dictadura cuando cada 11 de septiembre las compañeras del Observatorio Mujeres y Medios accionaban el Septiembre de Memoria Feminista. Nos fuimos encontrando porque nuestras lucecitas no formaban una inmensidad, pero a nuestro favor, así era más fácil poder mirarnos, reconocernos, emocionarnos y llorar en el abrazo cómplice, de amores y odios compartidos.

¡Que la memoria sea nuestra lucecita en el oscuro camino de la impunidad!

Abrazamos a todos quienes nos acompañaron con sus relatos sensibles, en la complicidad que nos dio mirarnos a los ojos, con una grabadora o un micrófono al frente.

Gracias por enseñarnos a insistir y ser sensibles ante cualquier injusticia.

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