Proclamado por la Unesco el año 2011, el 13 de febrero conmemoramos el Día Mundial de la Radio. Un día para celebrar a las emisoras como medios cercanos, confiables y presentes a lo largo de la historia, pero también una jornada para reflexionar en torno a los desafíos de la radiodifusión, y su gran deuda con las radios libres y comunitarias.
La radio se ha transformado en un medio imprescindible en la sociedad moderna, siendo el canal de comunicación más masivo y democrático, el único que atraviesa distancias pudiendo llegar a comunidades lejanas, y transversal al público no alfabetizado.
Sin embargo, la radio de hoy tiene mucho que mejorar. En su rol educador y formador de audiencias, es fundamental que la radio no caiga en estereotipos, no reproduzca un lenguaje sexista, y fomente una visión crítica de la comunidad respecto de su propia realidad, así como es vital que promueva a través de las ondas la representación multidimensional, la diversificación de las voces, el acceso a la información, a la libre expresión y al derecho a la comunicación.
Democratizar la palabra, ese es el desafío de la radiodifusión hoy. Abrir el espectro radioeléctrico para el ejercicio libre de la comunicación de hombres y mujeres, porque las experiencias de radios libres, comunitarias y populares son espacios de representación, reconstrucción social, de memoria e identidad que necesitan “estar al aire”.
Porque como dijo la UNESCO al nombrar el 13 de febrero como el Día Mundial de la Radio, ésta tiene un poder transformador, razón por la que todos y todas debemos tener acceso a ella, no sólo como radioescuchas, sino que como protagonistas de la comunicación.
En el Día Mundial de la Radio exigimos al Estado abrir el dial para todos y todas; condenar la concentración de medios que acapara el espectro radioeléctrico de tod@s en las manos de empresas privadas como PRISA, Grupo Dial y Bezanilla; eliminar la penalización al ejercicio de la radiodifusión sin licencia, en consideración que este ejercicio es un derecho.
En el Día de los y las Radioapasionadas exigimos hacer uso libre del aire, y tener derecho al cielo.
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